viernes, 25 de noviembre de 2016

LA LLAMADA TERCERA EDAD

La llamada tercera edad
Nos llaman la tercera edad, quizá porque ya hemos vivido lo suficiente en el escalafón de la vida y podemos compartir experiencias adquiridas al pasar de los años, quizá porque nuestros rostros y figuras han adquirido signos de decadencia, debido a eso, al paso de los años, las arrugas aparecen en el rostro y también en el corazón, debido al paso del tiempo y de los sinsabores acaecidos, esas arrugas que nos hacen vulnerables, ya que nuestros corazones están a flor de piel, debido a ese paso de año tras año y que tanto nos ha enseñado, cosas agradables, como el conocer a tu pareja, pareja para toda la vida, una vida en armonía y amor, el nacimiento de nuestros hij@s, amad@s y desead@s, engendrados desde el Amor y que tan orgullosos nos sentimos de ell@s, el haber conocido a personas maravillosas que al pasar del tiempo se han acercado a tu vida cotidiana y que ya forman parte de ella, me refiero a l@s amig@s, como no, l@s amig@s, que muchas de las veces se convierten en tus confidentes, en tus cuidadores, en la persona más cercana en quien confiar plenamente, a es@s amig@s doy las gracias de antemano por formar parte de nuestras vidas y en esta hora de vejez llega el premio de l@s niet@s, es@s pequeñ@s ángeles que llegan a revolucionar tú ya apacible vida y lo llenan todo de risas, de llantos, de juegos, con esa energía renovada de la reencarnación que acaban de efectuar y que tanto traen para recordar en sus mochilas de vida, las cuales vamos vaciando al paso del tiempo, de ese tiempo que se nos acaba y que hace cada día un regalo, pues al despertar debemos dar gracias al Hacedor de vida por regalarnos el libre albedrio, que much@s no saben ni lo que es, para ejercer de lo que somos, ángeles caminando por el planeta Tierra, compartiendo con él nuestras propias experiencias de la que forma parte primordial, pues nos sustenta y nos da cobijo. La Tierra tiene sus propias arrugas, sus propias cicatrices, ya que al pasar de tantos años ha ido recopilando tanto el placer de ejercer como madre amorosa, como de institutriz severa para cuando es conveniente llamarnos la atención y así lo hace y envía sus más severos castigos, valiéndose de todas las herramientas que tiene a su abasto y que cuando llega ese furor nos cuesta perder a iguales a nosotr@s, perder monumentos creados por nuestras manos y acaba con la ilusión de much@s, pero debemos saber que todo está más que consensuado y aceptado por todas las partes.
Bien pues lo dicho estamos en esa fase de envejecimiento, tanto físico como emocional, pues el estado emocional cuenta y mucho en nuestro vivir diario, según sea ese estado así reaccionaremos a los aconteceres que se proyecten en nuestro camino, debido a que al pasar los años hemos adquirido consciencia de que somos esponjas que absorben todo lo que hemos pasado a través de los años y aunque no nos demos cuenta o no queramos dárnosla, se han ido acumulando en nosotr@s un sinfín de aconteceres, que como he dicho anteriormente, unos han sido agradables y mágicos y los otros menos agradables, pero que todo forma parte de nuestras vidas, de nuestro entorno y de nosotr@s mism@s.
Pues hasta aquí esta reflexión de cómo hemos llegado a esta llamada tercera edad, en la cual nos debemos sentir cómodos pues todo ha sido elegido por nosotr@s mism@s para engrandecer nuestra Alma y llegar en cada encarnación más complet@s en sentimientos y aptitudes, todo creado para y por nosotr@s.

Gracias por formar parte de nuestras vidas. Inés.

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