La llamada tercera edad
Nos llaman la tercera edad, quizá porque ya hemos vivido lo
suficiente en el escalafón de la vida y podemos compartir experiencias
adquiridas al pasar de los años, quizá porque nuestros rostros y figuras han
adquirido signos de decadencia, debido a eso, al paso de los años, las arrugas
aparecen en el rostro y también en el corazón, debido al paso del tiempo y de
los sinsabores acaecidos, esas arrugas que nos hacen vulnerables, ya que
nuestros corazones están a flor de piel, debido a ese paso de año tras año y
que tanto nos ha enseñado, cosas agradables, como el conocer a tu pareja,
pareja para toda la vida, una vida en armonía y amor, el nacimiento de nuestros
hij@s, amad@s y desead@s, engendrados desde el Amor y que tan orgullosos nos
sentimos de ell@s, el haber conocido a personas maravillosas que al pasar del
tiempo se han acercado a tu vida cotidiana y que ya forman parte de ella, me
refiero a l@s amig@s, como no, l@s amig@s, que muchas de las veces se
convierten en tus confidentes, en tus cuidadores, en la persona más cercana en
quien confiar plenamente, a es@s amig@s doy las gracias de antemano por formar
parte de nuestras vidas y en esta hora de vejez llega el premio de l@s niet@s,
es@s pequeñ@s ángeles que llegan a revolucionar tú ya apacible vida y lo llenan
todo de risas, de llantos, de juegos, con esa energía renovada de la
reencarnación que acaban de efectuar y que tanto traen para recordar en sus
mochilas de vida, las cuales vamos vaciando al paso del tiempo, de ese tiempo
que se nos acaba y que hace cada día un regalo, pues al despertar debemos dar
gracias al Hacedor de vida por regalarnos el libre albedrio, que much@s no
saben ni lo que es, para ejercer de lo que somos, ángeles caminando por el
planeta Tierra, compartiendo con él nuestras propias experiencias de la que
forma parte primordial, pues nos sustenta y nos da cobijo. La Tierra tiene sus
propias arrugas, sus propias cicatrices, ya que al pasar de tantos años ha ido
recopilando tanto el placer de ejercer como madre amorosa, como de institutriz
severa para cuando es conveniente llamarnos la atención y así lo hace y envía sus
más severos castigos, valiéndose de todas las herramientas que tiene a su
abasto y que cuando llega ese furor nos cuesta perder a iguales a nosotr@s,
perder monumentos creados por nuestras manos y acaba con la ilusión de much@s,
pero debemos saber que todo está más que consensuado y aceptado por todas las
partes.
Bien pues lo dicho estamos en esa fase de envejecimiento, tanto físico
como emocional, pues el estado emocional cuenta y mucho en nuestro vivir
diario, según sea ese estado así reaccionaremos a los aconteceres que se proyecten
en nuestro camino, debido a que al pasar los años hemos adquirido consciencia
de que somos esponjas que absorben todo lo que hemos pasado a través de los
años y aunque no nos demos cuenta o no queramos dárnosla, se han ido acumulando
en nosotr@s un sinfín de aconteceres, que como he dicho anteriormente, unos han
sido agradables y mágicos y los otros menos agradables, pero que todo forma
parte de nuestras vidas, de nuestro entorno y de nosotr@s mism@s.
Pues hasta aquí esta reflexión de cómo hemos llegado a esta llamada
tercera edad, en la cual nos debemos sentir cómodos pues todo ha sido elegido
por nosotr@s mism@s para engrandecer nuestra Alma y llegar en cada encarnación
más complet@s en sentimientos y aptitudes, todo creado para y por nosotr@s.
Gracias por formar parte de nuestras vidas. Inés.
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