El niño que bajo a la Tierra
Y el niño que una vez bajo a la Tierra le dijo a Dios:
Señor ya he llegado a la Tierra y como me dijiste hay una mamá
que espera por mí, es dulce y amorosa y dice quererme más que a su vida y también hay un hombre que juega conmigo y me
enseña cómo hacer bien las cosas y a veces me regaña, pero siempre por mi bien,
también dice amarme con locura, como debo llamarlo yo a el
“A él le debes llamar papa, pues es la otra parte que junto a
mama te llamo desde la Tierra, porque para que un niño llegue a la Tierra deben
haber un papa y una mama a los cuales se les llamara padres”
Gracias Señor por concederme la gracia de tener estos padres, yo
también los amo más que a mi propia vida, Señor y la daría por ellos, porque no
hay Amor mayor que el que sienten unos padres por sus hijos, ni el que sienten
l@s hij@s por sus padres, eso es lo que debería ser, ya que el Amor no tiene
fronteras y llega allá de los confines del Infinito de la Eternidad.
Ah!! Señor, también te quiero dar las gracias por ser mi amigo,
mi confidente, mi maestro, por estar a mi lado y siempre alentarme a ser mejor,
a dar lo mejor de mí y disfrutar del regalo de la vida.
Señor te nombro mi tutor para el Infinito de mi Ser Inmortal,
porque sé que contigo nada me puede faltar, que nada me va a dañar y que saldré
airos@ de cada situación que se pueda presentar y con las lecciones bien
aprendidas y asimiladas, porque no hay nada más grato que tenerte a ti como Maestro
y aprobar cada una de esas lecciones que traemos en nuestra mochila, cuando
encarnamos en human@s. Gracias por bendecirme con tu presencia Divina. Inés.
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