Y el Padre le dijo
Y dijole el Padre al Hijo “Hijo mío ve y lleva mi palabra a l@s
iguales a ti, porque Hij@s mi@s son también y el Amor Incondicional que inunda
mi Ser se expande para llegar a tod@s, ve Hijo como emisario de ese Amor y
repártelo entre tus herman@s, para que comprendan que el Amor es el mayor de
los Tesoros que jamás se pudiesen tener, ve Hijo y diles que disfruten de sus
vidas y cuando llegue la hora de tornar a este hogar que los espera con los
brazos y el corazón abiertos ahí estaré Yo para abrazarlos y en el abrazo nos
fundiremos en Uno mismo, formando el Núcleo de Luz Divina, ve con mi Bendición
Hijo Amado”
Y vino el Hijo y nos trajo la palabra del Padre e intento
hacernos llegar todo el Amor que el Padre siente por nosotr@s, pero Ah! Los
iguales a Él no supimos recibir la misiva encomendada por el Padre a su Hijo y
lo crucificamos para acallar su voz que nos decía “Amaos los unos a los otros
como yo os Amo”
Y con el paso del tiempo, en el ahora de nuestro tiempo
Infinito, esa encomienda sigue vigente y fresca tal cual hecha ahora mismo,
pero nos negamos a escucharla en toda su plenitud y creyéndonos perfectos y en
la auténtica verdad, sobreponemos nuestros egos a la verdad pura y limpia que
nos ofrece el Padre con sus palabras y el Hijo con las suyas. Escuchémoslas de
una vez por todas y pongámoslas en práctica, nuestras formas de entender la
vida, se haría mucho más sublime y sutil, llegando a ser capaces de compartir
las riquezas que encerramos dentro de nuestros Seres en sentimientos y saber.
Y haciendo caso a las palabras del Padre, como hij@ suy@ que soy
os digo:
Cogeos de la mano, cerrad los ojos y visualizad el comienzo de los
tiempos, un gran núcleo de Luz iriscente, pura y translucida que va ompliendo
nuestros seres con una sensación de Amor Infinito. Al estar cogidos de las
manos esta energía recorrerá el cuerpo de cada un@ de nosotr@s y recargara
nuestros Chakras en puro Amor Incondicional.
Ahora que ya estamos plenos de Luz y Amor, busquemos la Paz
dentro de nosotr@s mism@s, visualicemos un remanso de agua limpia y cristalina que se forma en
un recoveco del bosque mediante la caída de una hermosa catarata, dejémonos
fluir con el agua que cae y forma un conjunto con la que ya hay en el pequeño
lago que se ha formado al pie de la catarata, visualicemos como nuestros
cuerpos se sumergen en él y sus aguas templadas limpian nuestros cuerpos de impurezas
y las deshace transmutándolas y haciéndolas desaparecer, ahora ya estamos
limpios por fuera, nuestros cuerpos brillan con Luz propia debido a los rayos
del Sol que se posan en nuestros cuerpos mojados por la aguas que a su vez
forman con sus gotas un arco iris alrededor nuestro, es una imagen digna de ver
y sentir, estamos plenos, nos sentimos enormemente grandes y resurge en nuestro
interior una fuerza comparada a la de los Titanes, es la conjunción de la
limpieza y armonización que hemos ejercido en nuestro interior y ahora en el
exterior de nuestros cuerpos, tanto en el sutil, como en el material.
Comencemos a respirar suavemente, inspirando luz violeta claro y
exhalando todo lo no conveniente para nosotr@s y que el aire entrante ya ha
purificado.
Poco a poco vamos volviendo al lugar donde nos encontramos y
soltamos las manos de nuestros compañer@s mirándonos a los ojos un@s a otr@s
visualizando el bello Ser que llevamos cada un@ en su interior.
Damos las gracias al Padre por mostrarnos quienes somos para Él
y nos comprometemos a comportarnos como tales.
Gracias, herman@s, amig@s en la Luz, espero os haya sido grato
este ratito de recogimiento, con todo mi Amor Inés.
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