El dolor de una familia
Hoy os voy a contar otra de mis experiencias.
Era una noche acababa de acostarme y aun despierta, pues siempre me costó
conciliar pronto el sueño, vi claramente a los pies de mi cama al hijo de una vecina
de nuestra anterior casa, pues vivimos unos veinte años en la misma escalera,
hasta trasladarnos a esta otra casa más grande pues debíamos de agrandar la
familia con mi madre y mi hermano pequeño que se contagió de una fea
enfermedad, pero eso os lo contaré otro día, y nos convertimos en amig@s, este
chico que había fallecido ya hacia un par de años, era un joven de 17 años que
el mismo de día de su cumpleaños se quedaron con el pastel en la mesa
esperándolo, hasta que la policía les informo de que su queridísimo hijo había
sido trasladado al hospital debido a un accidente que había tenido con su
motocicleta y que estaba en estado de coma, al poco falleció, después de este
doloroso suceso en esa casa cambio la vida a todos cuantos la habitaban, su
madre entro en una oscura depresión y no quería saber nada de nadie, se encerró
en su dolor, el padre se encontró solo ante el suyo y su consuelo hera ir cada
día al cementerio y los hermanos, pues eran cuatro, hacían lo que podían, pues
ellos aparte de soportar el suyo propio debían de ayudar a esos padres rotos
por el dolor. Bien retomemos el momento en que J.C. vino a verme y fue para
pedir ayuda, no para él que estaba en la Luz y muy bien acomodado, pero si para
sus padres y hermanos a ser posible, para que volviesen a ser una familia
normal como lo habían sido siempre. Pues aquí me tienes con una encomienda que
cumplir y aturdida, pues a pesar de conocernos más de veinte años, nunca
habíamos tocado estos temas los padres de J.C. ni yo. Estuve más de un mes
debatiéndome entre voy y no voy, pues estaba segura que me iban a tratar de
loca y esa incertidumbre no me dejaba dormir porque dentro de mi escuchaba esa
voz que me decía debes de hacerlo, ellos tienen derecho a saber de su hijo y yo
estaba de acuerdo con ellos, porque hacia un par de meses que se había marchado
mi sobrino Sergi y sabía bien el dolor que causaba la pérdida de un hijo por el
reflejo de mi hermano y mi cuñada. Como la experiencia que tuve la conté a mi
familia mis hijos pequeños me dijeron que adelante que no podía seguir así y
que ellos me acompañarían que si nos trataban de locos pues un título más que
tendríamos, bien con esta intención nos dirigimos sin avisar a casa de esta
familia, cuando llamamos a la puerta nos la abrió la hija y nos dijo que su
madre estaba en la cama como siempre, le dimos las gracias y nos dispusimos a
marchar, pero mi amiga escucho y reconoció mi voz y la llamo para que nos
dijera que no nos fuésemos que se levantaba, entramos y nos sentamos a esperar
que ella se levantase, cuando apareció se abrazó a mi sollozando convulsivamente
y pidiéndome perdón por no haber acudido al entierro de mi sobrino, pero su
dolor no la dejo llegar al tanatorio pues allí estuvo su hijo y en el mismo
departamento, yo le quite importancia y le dije que se calmara, ella me
pregunto cómo lo llevaban mi hermano y mi cuñada, ese fue el pie para que yo le
contase las experiencias que habíamos tenido con Sergi de sus cartas del más
allá y como es normal ella me dijo, ojala yo supiese algo de mi hijo y ahí fue
cuando le conté lo que venía a decirle, con los ojos como platos escucho todo
lo que le decía y como le iba dando detalles que yo no conocía cada vez más
asombrada escuchaba sin perder ripio, varias veces nos reunimos todos su marido
e hijos incluso mi hermano y su esposa y le fuimos contando cómo funciona el
mundo espiritual y su hijo le envió varias cartas con todo el Amor que sentía
por ell@s les daba fe de que lo que le decíamos era autentica verdad, a partir
de ese día esa familia cambio por completo, volvió la alegría, pusieron fotos
de J.C. con unas flores y velas, sabían que su hijo estaba con ellos y muchas
pruebas les dio de ello. Hoy puedo decir que doy gracias al Padre por haberme
escogido para hacer de puente entre J.C. y sus padres y hermanos, mi pago es
ver la felicidad de los demás.
Gracias por compartir conmigo historias
verídicas que como Inés he vivido.
Hola querida Inés, que hermosa historia la de J.C y tu intervención para sacar de su dolor a unos padres ante tan dolorosa pérdida.
ResponderEliminarEs maravilloso tener ese don, y así poder ayudar a la gente que lo necesita, porque cuando se pierde a un ser querido, el dolor es tan grande que mucha gente reniega de todo, hasta de la vida... piensan que... Por qué les ha pasado a ellos? y no encuentran la paz ni en sus vidas ni en sus corazones.
Gracias querida amiga por ser el "Ser" tan maravilloso que eres y por compartir tus vivencias.
Un abrazo con todo mi amor. Namaste