domingo, 16 de octubre de 2016

UN DOLOROSO CUMPLEAÑOS

El dolor de una familia
Hoy os voy a contar otra de mis experiencias. Era una noche acababa de acostarme y aun despierta, pues siempre me costó conciliar pronto el sueño, vi claramente a los pies de mi cama al hijo de una vecina de nuestra anterior casa, pues vivimos unos veinte años en la misma escalera, hasta trasladarnos a esta otra casa más grande pues debíamos de agrandar la familia con mi madre y mi hermano pequeño que se contagió de una fea enfermedad, pero eso os lo contaré otro día, y nos convertimos en amig@s, este chico que había fallecido ya hacia un par de años, era un joven de 17 años que el mismo de día de su cumpleaños se quedaron con el pastel en la mesa esperándolo, hasta que la policía les informo de que su queridísimo hijo había sido trasladado al hospital debido a un accidente que había tenido con su motocicleta y que estaba en estado de coma, al poco falleció, después de este doloroso suceso en esa casa cambio la vida a todos cuantos la habitaban, su madre entro en una oscura depresión y no quería saber nada de nadie, se encerró en su dolor, el padre se encontró solo ante el suyo y su consuelo hera ir cada día al cementerio y los hermanos, pues eran cuatro, hacían lo que podían, pues ellos aparte de soportar el suyo propio debían de ayudar a esos padres rotos por el dolor. Bien retomemos el momento en que J.C. vino a verme y fue para pedir ayuda, no para él que estaba en la Luz y muy bien acomodado, pero si para sus padres y hermanos a ser posible para que volviesen a ser una familia normal como lo habían sido siempre. Pues aquí me tienes con una encomienda que cumplir y aturdida, pues a pesar de conocernos más de veinte años, nunca habíamos tocado estos temas los padres de J.C. ni yo. Estuve más de un mes debatiéndome entre voy y no voy, pues estaba segura que me iban a tratar de loca y esa incertidumbre no me dejaba dormir porque dentro de mi escuchaba esa voz que me decía debes de hacerlo, ellos tienen derecho a saber de su hijo y yo estaba de acuerdo con ellos, porque hacia un par de meses que se había marchado mi sobrino Sergi y sabía bien el dolor que causaba la pérdida de un hijo por el reflejo de mi hermano y mi cuñada. Como la experiencia que tuve la conté a mi familia mis hijos pequeños me dijeron que adelante que no podía seguir así y que ellos me acompañarían que si nos trataban de locos pues un título más que tendríamos, bien con esta intención nos dirigimos sin avisar a casa de esta familia, cuando llamamos a la puerta nos la abrió la hija y nos dijo que su madre estaba en la cama como siempre, le dimos las gracias y nos dispusimos a marchar, pero mi amiga escucho y reconoció mi voz y la llamo para que nos dijera que no nos fuésemos que se levantaba, entramos y nos sentamos a esperar que ella se levantase, cuando apareció se abrazó a mi sollozando convulsivamente y pidiéndome perdón por no haber acudido al entierro de mi sobrino, pero su dolor no la dejo llegar al tanatorio pues allí estuvo su hijo y en el mismo departamento, yo le quite importancia y le dije que se calmara, ella me pregunto cómo lo llevaban mi hermano y mi cuñada, ese fue el pie para que yo le contase las experiencias que habíamos te nido con Sergi de sus cartas del más allá y como es normal ella me dijo, ojala yo supiese algo de mi hijo y ahí fue cuando le conté lo que venía a decirle, con los ojos como platos escucho todo lo que le decía y como le iba dando detalles que yo no conocía cada vez más asombrada escuchaba sin perder ripio, varias veces nos reunimos todos su marido e hijos incluso mi hermano y su esposa y le fuimos contando cómo funciona el mundo espiritual y su hijo le envió varias cartas con todo el Amor que sentía por ell@s les daba fe de que lo que le decíamos era autentica verdad, a partir de ese día esa familia cambio por completo, volvió la alegría, pusieron fotos de Juan Carlos con unas flores y velas, sabían que su hijo estaba con ellos y muchas pruebas les dio de ello. Hoy puedo decir que doy gracias al Padre por haberme escogido para hacer de puente entre Juan Carlos y sus padres y hermanos, mi pago es ver la felicidad de los demás. Gracias por compartir conmigo historias verídicas que como Inés he vivido.

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