Escrito de Elsa Farrus
Sin esto fuera poco, llega más luz.......son tantos, los
momentos de conciencia, tantos, los que estamos atravesando e incorporando, que
cada día, se hace más evidente la separación.
Hay un inmenso ruido ahí al fondo, todos y cada uno de los seres
siguen en su Natividad, mirando su baso vacío y sin moverse para llenarlo
...........en otro extremos esta los que no sabemos ni por donde comenzar, que
todo a nuestro alrededor se desvanece, y seguimos ahí, sin molestar mirando por
dónde empezar.
Es la frecuencia turquesa, es el momento ahora, donde más y más
se extreman las situaciones y las personas, para que todos, encontremos nuestro
lugar.
Nuestro mayor enemigo el miedo a la soledad, del cual yo misma soy una experta, como todos los seres
humanos conscientes y sensibles.
Son días de intensa energía entrante, y ella nos ayuda a ver con
claridad, los más refinados egos, los más sutiles enganches, y no son culpa de
nadie, ni de extraterrestres, ni de padres, ni del destino, no, son
consecuencia directa de nuestras decisiones del pasado, de no reconocernos en
nuestras familias de acogida, de sentir el pánico a sufrir.
Todos somos uno y todos caminamos a la unidad, pero en las
frecuencias más bajas, todos tuvimos los mismos fantasmas, los mismos miedos,
nadie es especial en ello, nadie....es más que, o debe ocultar a los demás,
porque los demás también tuvieron su ración, de realidad humana....ahora todos
despertamos , bajo las llamaradas solares, bajo la frecuencia turquesa, estamos
en la recta final del pasillo, la de nuestra verdad, la de reconocer, como nos
llegamos a complicar la vida en ocasiones, para capturar un poco de amor, o de
cuanto Amor podemos llegar a disfrutar si abrimos el corazón a esa frecuencia.
La frecuencia turquesa, es la luz de la alquimia interior, la
única que nos devolverá a la realidad, quien soy y para que he nacido. No para
ser importantes, sino para que vinimos a este hogar llamado Gaia, y en que
crecemos y compartimos.
En la unidad, no hay líderes, así que nacimos para compartir
desde el corazón, aquello que realmente somos, aunque justo lo empecemos a
comprender..........
Gracias Elsa, son palabras plenas de sentimiento compartido
Inés.
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